A pesar de las exigencias y denuncias hechas por la población, el gobierno no parece estar interesado en luchar a favor del medio ambiente.
El mes de marzo se vio nublado por una controversia, pues ciudadanos captaron un humo amarillento saliendo de una chimenea de la refinería de Cadereyta. La población inmediatamente se movilizó para exigir que el gobierno tomara cartas en el asunto y cerrara la empresa, pero ahora estamos en la sexta alerta ambiental y seguimos igual.
Las noticias sobre la contaminación en Nuevo León ahora culpan a la refinería de Pemex, incluso el ambientalista Guillermo Martínez Berlanga ha mencionado que esta es una de las 60 empresas responsables de dañar el medio ambiente. La ciudadanía está enterada de este hecho, pero son los medios, incluso el gobierno, que la utilizan como chivo expiatorio para el tema de la contaminación.
La crisis ambiental es uno de los principales problemas que aquejan a la población que ya se ha pronunciado en marchas y de todas las maneras posibles para que se tomen acciones, sólo basta ver la actitud del gobierno para deducir que estas denuncias caerán en la impunidad.
La refinería de Cadereyta recibió un plazo de 15 días para mostrar su estrategia a corto, mediano y largo plazo para resolver el problema de contaminación. El tiempo termina hoy 4 de abril y no se ha presentado nada por su parte.
Supuestamente, el gobierno implementó este plazo como un ultimátum y ahora parece más una de las tantas llamadas de atención. Sabemos que no cerrarán la refinería por el impacto industrial que brinda, ¿entonces nos quedaremos con los brazos cruzados mientras la situación empeora cada día?
