En la última semana epidemiológica, los casos de dengue en Nuevo León han experimentado un descenso significativo, marcando un cambio positivo después de un verano en el que la enfermedad se disparó en la entidad. Según la Secretaría de Salud del Gobierno federal, durante la semana epidemiológica 47 se registraron 375 nuevos casos, lo que representa una disminución del 42.2 por ciento en comparación con la semana anterior. Este descenso fue de 274 contagios menos que en la semana 46, cuando se habían reportado 649 nuevos casos, y no se registraron nuevas defunciones, manteniéndose en doce el total de fallecimientos por dengue en lo que va del 2024.
Descenso notable en nuevos contagios
El cambio en la tendencia de los casos de dengue coincide con las previsiones hechas por Alma Rosa Marroquín, secretaria estatal de Salud, quien había anticipado que con la llegada del otoño y el cese de las lluvias, los casos de esta enfermedad comenzarían a disminuir. Esta baja es la más pronunciada desde que los casos comenzaron a aumentar considerablemente en junio, mes en el que la enfermedad mostró un incremento alarmante.
Es importante destacar que, aunque la reducción de contagios es considerable, la situación sigue siendo preocupante, ya que el número de infectados aún sigue siendo elevado en comparación con años anteriores. En semanas previas, como en la 45, también se había registrado una baja en los contagios, pero solo para ser seguida de un incremento, lo que demuestra que la situación sigue siendo volátil y requiere de un monitoreo constante.
Las lluvias y el cambio climático
La disminución en los casos de dengue ha sido interpretada por expertos como el resultado de las condiciones climáticas más frías y secas propias del otoño, que han ayudado a disminuir la proliferación de mosquitos transmisores de la enfermedad. Según el Programa Estatal de Cambio Climático de la Secretaría de Medio Ambiente, el aumento en las precipitaciones y la mayor humedad, características de las lluvias torrenciales de los últimos meses, crearon condiciones ideales para la proliferación de estos vectores. El cambio climático ha extendido el área de distribución de los mosquitos, lo que ha favorecido la expansión de enfermedades transmitidas por vectores, como el dengue.
En este contexto, las autoridades de salud se han mostrado preocupadas por el impacto del cambio climático en la salud pública, ya que la combinación de lluvias intensas y temperaturas cálidas genera un entorno propicio para la reproducción de los mosquitos. Este fenómeno también puede haber contribuido a la propagación del dengue, así como de otras enfermedades transmitidas por vectores, como el zika y el chikungunya, que han presentado un aumento en los últimos años.
Nuevo León, en el octavo lugar a nivel nacional
A pesar de la disminución en los nuevos casos de dengue, el estado de Nuevo León se encuentra en una posición preocupante a nivel nacional. Con 163.7 casos por cada 100 mil habitantes, Nuevo León ocupa el octavo lugar en el ranking de incidencia de dengue en el país, siendo superado por estados como Colima, Nayarit y Morelos, que enfrentan tasas de contagio aún más altas.
Las autoridades de salud local han indicado que este alto índice de casos refleja la continua necesidad de mejorar las medidas de prevención y control de la enfermedad. Entre las acciones más importantes en este sentido se incluyen campañas de fumigación, control de criaderos de mosquitos y la promoción de hábitos de prevención entre la población, como el uso de repelentes y la eliminación de objetos que acumulen agua en los hogares.
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