El combate a la corrupción en Nuevo León parece seguir siendo un juego de apariencias y una de las tareas más difíciles de ejecutar, incluso para los organismos encargados de hacerlo, como lo es la Auditoría Superior del Estado (ASE).
Según el reporte más reciente de la ASE, que revisa la cuenta pública del 2020, el organismo determinó 528 fincamientos de responsabilidades para el Gobierno del Estado y los 9 municipios metropolitanos. Pese a esto no hubo ni un solo castigo por estos fincamientos o “vistas” para las autoridades locales, y la auditoría encabezada por Jorge Galván tampoco promovió ninguna denuncia penal.
Desde que se tiene registro de la ASE, nunca se había dado el caso de un año con cero sanciones a las autoridades.
Además que esta cifra, 528 fincamientos, es la segunda cifra más baja arrojada por la auditoría, pues la primera fue sobre la cuenta pública de 2019, también a cargo de Galván, donde las “vistas” sumaron apenas 436.
De estos 451 fincamientos de 2020 el 85% se reportaron aún en trámite durante el 2021, por lo que su investigación aún no termina. El 15% restante, es decir, 77 fincamientos, ya están concluidos pero no dan pie a la aplicación de ningún castigo con la justificación de que no se encontraron fallos que requieran sanciones.
No es la primera vez que se le acusa a la Auditoría de hacer revisiones “a modo” y de presentar cuentas curiosamente “limpias”, pues ya algunos organismos ciudadanos han pedido que se remueva del cargo a Jorge Galván por sus escasos resultados, e incluso la ASE ha recibido acusaciones de estar cooptada por el PRI y el PAN.
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