Los niños del DIF: una estrategia para mejorar la imagen de Mariana

La primera dama no parece querer entender que los menores son protegidos del Estado, no una campaña para tener más seguidores.


Mariana Rodríguez es todo un fenómeno: además de ayudar a su esposo a ganar las elecciones, el actual gobernador Samuel García, ha sabido abrirse un espacio en el corazón de la gente —y en la política— gracias a los niños del DIF.

Emilio, Ximena y Eduardo son los principales protagonistas de sus visitas a Capullos. Ellos son las estrellas de los videos donde se le ve conviviendo a su lado, entreteniéndose con sus ocurrencias… así como a los millones de seguidores. Pero no todo es color de rosa, pues ha sido múltiples veces criticada por la CEDH y organizaciones no gubernamentales por usar a los niños como “objetos publicitarios” en sus cuentas.

La primera vez que eso ocurrió fue en enero del año pasado, cuando Samuel y Mariana sacaron al bebé Emilio de Capullos y difundieron múltiples imágenes en redes sociales de su convivencia por un presunto “permiso de acogimiento”. Desde entonces la primera dama se ha encargado de publicar más y más fotos sobre Emilio, pero también Eduardo y Ximena.

Y es que por más que la primera dama de Nuevo León no lo quiera ver, difundir imágenes e información sobre los menores que están bajo responsabilidad jurídica del Estado constituye una violación a la intimidad y un abuso. Además, ¿cuándo ha garantizado que no obtiene ingresos por esas historias o fotos en Instagram si llena su cuenta de ellos?

Parece que la quieren mucho, parece que ella los quiere mucho, sin embargo, esto no es suficiente cuando de leyes y protección a los derechos de los niños se trata. Y Mariana no lo entiende, ¿o sí? Porque mientras su esposo Samuel recibe reclamos ciudadanos ante las fallas en su gobierno, ella genera empatía y ofrece la otra cara de la moneda. Es por ello que vale la pena cuestionarse si Mariana cuida de los niños… o si los niños cuidan la imagen de Mariana.